Merlín es ya un anciano, pero en otro tiempo él y Arturo tuvieron que enfrentarse a Mab, la perversa Reina de la Oscuridad. Mab había creado a Merlín, y por eso nunca le perdonó que no quisiera unirse a ella para dirigir las fuerzas del Mal. Cuando Merlín, siendo un adolescente, se enamoró de Nimue, Mab decidió vengarse de él, convenciendo al cruel Rey Vortingern para que sacrificara a la muchacha al dragón de fuego. Merlín ayuda entonces a Uther a derrotar a Vortingern, pero pronto comprobará que tampoco es un buen rey. Cuando Uther le pide ayuda para seducir a una mujer casada, Merlín accede con una condición: deberá entregarle a su hijo primogénito, a quien llamará Arturo y transmitirá su sabiduría. Cuando Arturo consigue arrancar la espada Excalibur de la piedra donde estaba clavada, se convierte en rey de Camelot.
